Andábame yo sin saberlo y sin querer (o quizá sí) por entre los fueros del Misterio y queríame llegar a lo último que sin entenderlo había arribádome: yo a él y él a mí...
Interrogaciones o más bien interpelaciones.
"Mira, no sé... qué quieres que te diga", le decía. "Tranquilo... Espera, ya verás...", me susurraba.
Y yo aguardaba sin saber qué vendría a mis manos (o a mis pies).
Y con paciencia creadora, que a su vez me venía íbame entendiendo en el otro que se hacía o convertía en mismo Misterio... de Verdad.
(22-2-96)
Creación y Diseño Fondos: Brisa
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