Poemas de Nacho H. Tamarit












Te miro a ti, oh poeta
extravagante, curioso,
emprendedor con maleta.

Te escucho, sí: tu silbido
vehemente atraviesa
superfical mi libido.

Te leo y no alcanzo, ¿ves?,
a releer lo que nada
dice, susurra a mi ser.

No llegas a entrar, sales
de mi entorno, los sentidos.
Eso muestra lo que vales.

Te fijo, atento a tu hacer,
mas no barrunto más que lo
que no eres, quieres ser.

Escruta allende ti mismo,
afuera de tus entornos,
construye tu propio istmo,
el que te adentre al meollo
de esta vida, la existencia:
no sólo tú, sino el Otro
también.

Escucha, cantor del sino:
las mareas profundas,
los aullidos de vida
esos jirones de rúa
que dejan su deje en el tendido.

Quien lo entiende, no sabe;
quien lo sabe, no entiende.
Y, así, ninguno oye, huele ni muere
hasta el fin de los días ¡ingente!

(En el tren Valencia-Castellón)








 Pintura Central:  The Cricket Cage 

 Creación y Diseño:  Brisa