Dentro del vientre el pequeño ser está inquieto, ya quiere nacer. Tiene miedo de abandonar su nido único sitio hasta hoy conocido pero el plazo se ha vencido y al mundo ha de salir.
Será duro empezar, solo a vivir así se lo hace sentir el médico, que sus nalgas ha golpeado. En su primer minuto ya lo han castigado porque al dejar el cuerpo amado a tiempo no respiró.
Su primera lección recibió su pena nadie notó. Largo será el camino, en la selva de la vida fracasos, miedos, misión cumplida. Todo un conjunto de idas y venidas y detrás de él, la mirada de sus padres pasa inadvertida.
Sólo verá en su real magnitud que no hay amor con más virtud... que el de aquellos que planificaron su venida que curaron sus heridas y de alguna forma, alfombraron sueños para hacer más leves sus caídas.