¿Qué hacer con tanto amor que tengo entre las manos? Se me va entre los dedos y cae, desolado. Es amor del más puro, es caricia, es dulzura, es verdadero amor, en su esencia más pura. Quiero dárselo al pájaro aterido y temblando, o a aquel anciano que, solo y divagando, camina pensativo en la tarde agonizante. Quiero darlo a ese niño que llora por su madre.
Quiero brindar mi amor a manos llenas, pasearme por las calles, husmear en las veredas y penetrar el alma de quien más solo y triste necesite mi amor para saber que existe. Cuando la noche llega, agazapada en sombras, he visto tanta falta de amor que ya nada me asombra.
El pájaro aterido, el anciano sin rumbo, el niño abandonado y el ser que, sin palabras, me grita -¡A mí nadie me ha amado!- No me alcanza el bagaje de sueños que llevo entre las manos. No puedo darle a todos ese amor que tanto han esperado, que corre entre mis dedos como arena del río, como espuma del mar, como hojas ya muertas por el frío.
Entonces yo quisiera convertirme en un mago, poder llenar a muchos, con mucho amor las manos y volar por el mundo derramando mil sueños entre aquellos que sufren, entre los pordioseros. Entre todos los niños que son abandonados y entre todos los hombres que aún esperanzados mirando el cielo dicen, mientras juntan sus manos, -¡Señor danos tu amor, ese que alcanza para que seamos hartos!-
Autora: María del Carmen Reyes -Madelca- Mar del Plata (Argentina)
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