Un gran dilema
Una mañana de Febrero en que febo dormitaba me di cuenta que volaba y a las aves llamé hermanas
Pero mis hermanas que vagaban por los cielos, desde siempre, no comprendían como yo siendo un ave no cantaba ni gorjeaba.
Y volaban separadas de mi vuelo... y cantaban distanciadas de mi rama...
Fue allí ,en ese instante - lo recuerdo - que arranqué una pluma de mis alas y sobre una nube que pasaba escribí unos versos escogidos.
Y la nube que arrastrada por los vientos avanzaba comenzó a gimotear, compungida, gotas de colores sobre la campiña.
Y una flor descubriendo sus pechos perfumados mojó altiva sus pezones de licor sedientos; y mientras el viento acariciaba sus pétalos rosados con sutiles movimientos, la flor gozosa, estremecíase toda, deshojada, por tan finos dedos.
Y fue aquella mañana de febrero en que febo dormitaba cuando la flor posó desnuda y feliz sobre la hierba humedecida y amada.
Y las aves de cielo se miraron entre sí como eclipsadas, por tanto, vuelo.
Y luego me miraron con sorpresa hermano vuela con nosotras -me dijeron- y gustoso fui con la bandada.
Y no supieron nunca, ni saber quisieron no sé si por envidia, no sé si por pudor Si era tan bello su canto
como el irreverente encanto de la flor.
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