Perdóname este destierro ¡Viejo amigo, perro viejo! tus ladridos acompañarán mi pesar en el recuerdo.
Preguntaría a Pavlov -si pudiera- si era cierto, que tus ladridos a las estrellas eran una queja a Dios por haber encarcelado un alma noble en un cuerpo tan pequeño.
Tú que corrías, saltabas y jugabas con nosotros cuando niños; ¡nunca te cansabas, nunca te aburrías, nunca te quejabas!.
Ahora en el patio de la casa y a la sombra de un pino sólo tú y un hueso carcomido.
Echado de olvido, huérfano de afectos te dejaste ir ... y contigo nuestra infancia.
Tú que ahuyentabas al miedo de las sombras con voz de trueno y animabas el silencio de esos días tristes y flacos ladrando a los gorriones o gruñendo al gato del vecino nunca te he visto llorar.
¡Que digo! Si sólo me acuerdo de ti ahora que has muerto.
Autor Cuadro Central: Briton Rivière
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-Set creado en Julio del 2002-
© Brisa Diseños - Copyright Julio 2002
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