Con esta triste pena que me agobia al tocar tu rostro marchitado admirando tus ojos de niña mi corazón palpita en silencio. Cuando dormida encuentro Un rostro de mujer sincera tan grande se convierte mi suspiro el corazón loco se llena de pasión. Cambio la mirada al horizonte veo movimiento de las hojas escucho el rumor de los vientos que son testigos de esta condena. Me falta aire para el sosiego demasiado contemplo con agrado las mañanas al despertar todos los días, y las noches. |