Tersura del ópalo y brillo del diamante iluminaron, colorearon el vivir y el insomnio llamó al recuerdo y a la evidencia se tuvo que rendir.
No hay tiempo de silencio , ni apatía si el viento te besa y acuna éxtasis, aroma de nostalgia secó lágrimas, una por una.
Viviendo en hojas caídas por la senda desconocida renace y late en sueños... delira mientras el amor hambriento, crecía y crecía.
Sabe que nunca por él será poseída y aunque soplen vientos extraviados no rozará nunca, su boca más que importa si está loca y a él... de por vida se ha atado.
Se rinde al eco de su voz y acalla ansias que el recuerdo provoca es feliz nadando en aguas saladas es feliz imaginando que su piel toca.
Si existe el destino, es impredecible como si pusiera a prueba, sensatez y cordura poniendo al alcance de la mano lo que siempre esperabas... para arrebatarlo en la forma más dura!
Así entre el vivir y el morir, desesperas feroz batalla, dolorosa como la peor guerra sin poder alcanzarlo y ver como se aleja escalando montañas, lejos de tu tierra.
Renuncias a su presencia ocultando el sentir en tu pecho, duermes con su retrato y lo arropas en tu lecho.
Y decides seguir adelante sonriendo insegura cargando la alegría y la honda pena de amarlo a toda hora... a pleno día... y en silencio... en la noche oscura.
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