Echó raíces en el suelo y extendió al cielo sus ramas, el invierno lo halló desnudo, sin ropas... ¡el otoño se las había llevado!
En él construyen sus nidos los pájaros con hojas secas y barro Dios lo ha bendecido por ello y su tronco ha crecido, ha engordado.
Su copa no es de vino pero dulce embriaga al que mora bajo su sombra o dormita bajo su amparo.
El árbol es amigo de la vida, poeta fino que escribe versos en sus hojas; la corteza de su vientre, dicen, es madera mas la grandeza de su alma, yo afirmo, rebrota al final de cada invierno reverdecida.
Conciencia absoluta de la tierra... tus pulmones oxigenan nuestras vidas ¡Quién fuera Picasso para estampar en el lienzo tu imagen! ¡Quién fuera Neruda para eternizarte en poema!